Durante los últimos días las miradas del mundo han estado en el gobierno de Estados Unidos y en su presidente Barak Obama, que sin duda se ha convertido en la esperanza de los países pobres pero también de los ricos y seguramente pronto empezaremos a saber si el cambio en la imagen y en el nuevo estilo que hemos venido observando se traduce en un cambio sustancial.
Entre las cuestiones prioritarias en el gobierno de Estados Unidos se encuentra la cuestión de género que es -como lo han precisado algunas especialistas- igualmente urgente que la cuestión económica o la política internacional, toda vez que en el gobierno de Bush se presentó no sólo un desmantelamiento, sino también un retroceso en los derechos de las mujeres.
Por ello no podemos dejar de anotar dos decisiones cruciales que a menos de una semana el presidente Barak Obama ha anunciado y que sin duda repercutirán favorablemente en la población femenina por la consecuente creación de políticas públicas que de ambas se derivarán.
Primero ordenó restituir el apoyo económico que dejó de recibir el Fondo Poblacional de las Naciones Unidas, por parte del gobierno de Bush, para promover el control de la natalidad. Lo que permitirá informar y guiar a millones de mujeres en el mundo en métodos anticonceptivos. Decisión que debemos aplaudirle.
Otra decisión de una gran trascendencia lo es sin duda el anuncio de la agencia encargada de la seguridad de medicinas y alimentos en Estados Unidos (FDA), de permitir los ensayos con células madre en un grupo de estudio. Recordemos que en la última década el gobierno de Bush no sólo negó el apoyo económico para avanzar en este campo, sino que restringió las líneas de investigación, cancelando la investigación médica de vanguardia perdiéndose valiosos años en el estudio de este campo.
Ambas “restricciones-prohibiciones” generadas en el gobierno de Bush en el control poblacional y la investigación médica respondieron exclusivamente a intereses ideológicos y electorales señalan los expertos.
Hoy, pareciera que las cosas comienzan a cambiar.
Por un lado se ha dado a conocer por los principales medios de comunicación escritos en el mundo que serán diez pacientes los que probarán los alcances de la reconstrucción con células troncales: “la posibilidad de que tejido nervioso dañado por lesión o enfermedad pueda ser sustituido por nuevas fibras que partirán de la inyección de células madre. De tener éxito, el experimento abriría la puerta para la cura de enfermedades como el mal de Parkinson y daría nueva esperanza a personas con lesiones nerviosas de gran calado, como los parapléjicos”. De manera que ya se habla del inicio de una nueva etapa de libertad científica. Y finalmente el apoyo a la política de control a la natalidad sin duda representa el rescate del laicismo en la vida pública.
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