En el 2006, después de un sinnúmero de debates, análisis, discusiones. Décadas de trabajo; se publica la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, con el mandato de que en cada una de las entidades federativas se expidieran las disposiciones legales que permitieran los objetivos de igualdad previstos en el artículo 4º de nuestra Constitución.
Dos años después el pasado 9 de julio el grupo parlamentario del PRI cumple el compromiso de su Agenda Legislativa y presenta a la consideración del Pleno del Congreso la Ley para la Igualdad entre Hombres y Mujeres del estado de Puebla, cumpliendo así el mandato federal.
En Puebla sin duda hemos avanzando en algunos temas que van permitiendo garantizar equidad de oportunidades entre ambos sexos y en contra de toda discriminación basada en el género.
En nuestra legislación civil y penal se han ido abordando una serie de disposiciones que encauzan este camino. Haber logrado la incorporación como delito la violencia familiar. Haber ampliado en las causales de divorcio la violencia familiar. Incorporar como delito la violación entre cónyuges. Haber logrado una Ley para la prevención, sanción y erradicación de la violencia familiar. Expedir una Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia en el estado de Puebla. Incorporar en la Ley Orgánica Municipal la instalación de una Comisión facultada para atender los asuntos de equidad. Son algunas de las aportaciones y no son temas menores.
En materia de diseño y coordinación de políticas públicas, Puebla tuvo desde la época del gobernador Manuel Bartlett la instalación del Programa Estatal de las Mujeres, base de creación del Instituto Poblano de las Mujeres; se cuenta con Centros de Atención para las Mujeres; esfuerzos que han permitido poco a poco introducir el concepto de perspectiva de género, de transversalidad de esta visión en las políticas públicas; que han constituido sin duda el punto de partida en pro de la igualdad entre mujeres y hombres.
No ha sido una tarea fácil, ha requerido de consensos, coincidencias, voluntades.
El grupo parlamentario del PRI hoy en el Congreso, ha impulsado algunas reformas más que permitirán ir abonando en esta materia, hace algunos días la presentación de reformas y adiciones a la Ley de Planeación del estado de Puebla, al Código Civil y a la Ley de Fomento Económico para el estado; van con ese objetivo.
Y hoy, la presentación de la Ley para la Igualdad entre Hombres y Mujeres del estado de Puebla, coadyuvará en la consolidación de esa igualdad. Esta Iniciativa plantea mecanismos y disposiciones obligatorias para las autoridades tanto del gobierno del estado como de los municipios sobre la equidad de género y representa el instrumento jurídico para la operación de políticas públicas.
Fomenta una participación y representación política equilibrada; plantea el fortalecimiento de la vida económica; incluye la igualdad de acceso y pleno disfrute de los derechos sociales; contempla la igualdad en el ámbito civil; promueve la eliminación de estereotipos establecidos en función del sexo; incorpora el derecho a la información y la participación social.
Si el Pleno del Congreso la aprueba, nos corresponderá ahora al conjunto de la sociedad, a las organizaciones civiles, a cada uno de nosotros hombres y mujeres hacerla nuestra, exigir su cumplimiento y concientizar a los servidores públicos encargados de la aplicación de esta norma, a garantizar, la igualdad entre hombres y mujeres y sancionarlos cuando no la cumplan.
Sin duda es un paso más que representa continuar haciendo realidad el sueño de contar con sociedades equitativas, ya que equidad social y de género son vía para la consolidación democrática y la justicia social.
Lograr fortalecer la democracia en México y en Puebla es un compromiso, y una de las vías para lograrlo que es fundamental, lo es, la ampliación de la participación de la mujer en el ámbito del diseño de la política: el poder legislativo; espacio en el que se refleja el interés ciudadano, el interés de los partidos políticos y el interés de los legisladores como miembros de un partido y como sujetos individuales.
No obstante los avances en la construcción democrática en los últimos diez años, el asunto de género sigue siendo un déficit no solo en el diseño constitucional sino en la práctica democrática, ya que no puede hablarse de democracia, si la mitad de la población que representan las mujeres sigue excluída de las grandes decisiones del país y del estado de Puebla.
No olvidemos que la cuestión de género no es solo un problema político, es materia de calidad de la democracia y es además un tema de ética y de justicia.
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