Durante las últimas décadas, muchos grupos de mujeres organizadas y en lo individual hemos venido debatiendo sobre la necesidad de incorporar la equidad de género como una vía para la consolidación democrática, ya que mas de la mitad de la población que representan las mujeres no puede ser excluida de las grandes decisiones del país y del estado.
Día a día se ha ido consolidando esta propuesta producto del estudio y la investigación de las y los expertos; y en su construcción se han presentado una serie de ejes que hoy día son de la mayor importancia.
Si bien uno de los ejes es la representación política, también lo es otro que representa la equidad social como vía para lograr esa justicia social tan mencionada y bajo el mismo razonamiento respecto del concepto democracia: No puede hablarse de democracia si mas de la mitad de la población del país y del estado, no tiene oportunidad de los beneficios del desarrollo.
De ahí la necesidad del posicionamiento de los dos conceptos fundamentales: el empoderamiento de las mujeres como estrategia que busca transformar las estructuras públicas y privadas que facilite la participación equitativa de hombres y mujeres en todos los procesos; y, la igualdad de oportunidades como vía en la que los seres humanos puedan alcanzar las mismas condiciones para su realización intelectual, física y emocional; así como desarrollar sus capacidades potenciales sin distinción de ningún tipo.
Por ello hoy, la equidad entre géneros es considerado un requisito del desarrollo y un asunto fundamental de derechos humanos y de justicia social.
Todo lo anterior lo refiero por la Iniciativa de reformas a la Ley de Planeación para el Desarrollo del Estado de Puebla, presentada por el grupo parlamentario del PRI que representa un paso fundamental para continuar en la construcción de la equidad como medio para el desarrollo del Estado.
Estas reformas presentadas en la sesión ordinaria anterior, impulsan la creación, obligación y disposición de indicadores y estadísticas diferenciadas que reflejarán justamente las diferencias de género, lo que permitirá la evaluación de los programas encaminados a brindar igualdad de oportunidades en temas fundamentales como el de salud, educación y trabajo, entre otros.
El otro aspecto que aborda la reforma en comento, incorpora la institucionalización de la perspectiva de género en el proceso de planeación, lo que permitirá el diseño, la programación y la evaluación de las políticas públicas encaminadas a la construcción de una sociedad más equitativa y no discriminatoria.
Incorporar el enfoque de género en la planeación, permitirá los mecanismos de transversalización por tanto tiempo impulsados en todas las dependencias y entidades de la administración pública, estatales y municipales.
Su impacto además de reflejarse en las políticas públicas, tendrá necesariamente que verse reflejado en el gasto público, con lo cual se asegura la real incorporación equitativa de las mujeres a los beneficios del desarrollo.
Con esta reforma -de aprobarse en el pleno del Congreso del Estado- se da un paso enorme en la incorporación del enfoque de género al proceso de planeación del desarrollo estatal; y las y los diputados del PRI cumplimos un compromiso pendiente con las mujeres del estado de Puebla.
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