• De sindicatos y liquidaciones.
• BRIC: Más que cuatro siglas.
¿Cuáles son las implicaciones detrás de la liquidación de Luz y Fuerza del Centro? Las cifras, frías e impersonales, no permiten creer que Calderón, durante lo que va de su sexenio ha privilegiado a las clases acomodadas y a los grandes capitales extranjeros, haya pensado un solo momento en las personas a las que dejó en la calle gracias al decreto que autoriza la desaparición y liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Más aún, desde el momento en que se suscitaron las protestas de Martín Esparza y sus seguidores por lo que ellos han denunciado como “intervencionismo de Estado”, cualquiera pensaría que todo se trató de un acto de autoritarismo que le permitió a Calderón desmantelar a un sindicato –organismos que nunca han sido vistos con agrado por la clase empresarial en México–.
Desde esta perspectiva, no se puede permitir que el presidente se tome la libertad de intervenir en asuntos que corresponden a la esfera privada de un sindicato, y menos con el fin de destruirlo, porque por las acciones y los resultados de su gestión, Calderón ha evidenciado su tendencia fascistoide para manejar el poder. Como tal, la amenaza fantasma, el fascismo, se ha manifestado ya. Ese ha sido el camino recorrido por dictadores del tamaño de Hitler, Mussolini y otros, y la historia demuestra que lo que empezó como asaltos políticos terminó como matanzas, o cuando menos, como represiones oficiales. Ello, sin duda, es un aviso que ya ha alertado a sindicatos, asociaciones civiles y grupos de interés, pues como dice el refrán, si ves la barba de tu vecino cortar, hay que poner la tuya a remojar.
En efecto, el sindicato le traía más gastos y cargas a México, que beneficios y ventajas –como dije, aunque frías, las cifras son contundentes–, y ante ello, hay muy pocos argumentos que esgrimir en su defensa. Sin embargo, creo que antes que el problema provocado por una cúpula sindical, debe ocuparnos la defensa de los derechos de los trabajadores, conquistados durante todo un siglo de luchas cívicas, primero a través de la Revolución, y después, por medio de las instituciones.
No obstante, es bueno meditar acerca de si aquellos que quizá ya hayan puesto a remojar su barba, ¿lo estarán haciendo porque ven venir a ese lobo feroz autoritario y fascista que quiere acabar con los derechos de un pueblo, o porque como algunos monstruos, también tienen cola que les pisen y se las pueden cortar?
BRIC son las siglas de todo un modelo económico. Ese modelo está integrado por cuatro naciones: Brasil, Rusia, China e India, que comparten una serie de características que les convierten en países que, eventualmente, podrían llegar a ser las primeras potencias mundiales antes del año 2050. Algunos de los factores que se conjugan para colocarles en este panorama son su vasta extensión territorial, la estratégica ubicación y cobertura continental de dichos territorios, la gran diversidad y disponibilidad de recursos naturales, y la aparentemente inteligente y acertada dirección que sus sociedades y gobiernos le han dado a su economía.
Según una tesis formulada en 2003 por Goldman Sachs (empresa asesora en finanzas y enlace primario en el mercado de seguridad del Tesoro de los Estados Unidos), estos países forman una alianza al modo de la Unión Europea, pues no sólo tienen vínculos de tipo económico sino lazos de cooperación en otras materias (como la de tipo nuclear propuesta entre India y Brasil). De alguna manera, ya han hecho sentir ese poder al mundo (y en mucho también a Estados Unidos) a través de la presión política y comercial, pues han cambiado sus regímenes y sistemas para convertirse al capitalismo global.
Para el lector no familiarizado con el tema la pregunta podría venir en el sentido de ¿cuál es la relación que este tema guarda con México? Pues bien: en la tesis original, según algunas fuentes, se le incluía en dicho modelo al asumirse la creación de una gran infraestructura comercial, industrial y de servicios, el abatimiento de la pobreza y su destacado papel en el escenario comercial internacional. Sin embargo, unos cuantos años después México ha sido excluido del esquema. Hace una semana hablaba sobre la vergonzosa retirada de la candidatura de nuestro país para organizar la copa mundial de fútbol de 2018.
Aunque seguramente no faltó quien no le encontró sentido a mi comentario, lo cierto es que la mediocridad de actitud más que de circunstancia en que se encuentra sumida la nación mexicana, es la culpable de que, de ser una potencia cultural, comercial, servicios, y de otros tipos más, ha descendido al nivel del subdesarrollo, tercer mundo, economía emergente y otros títulos igualmente peyorativos aunque suavizados con la elegancia de la terminología.
¿Esa es la pasión por México de la que hablaba el eslogan calderonista de su campaña presidencial de 2006? Ya se está viendo su “mano firme”. ¿Qué más sigue en este momento aciago para nuestro país?
Jorge Alfonso Ruiz Romero
Diputado Local del PRI, LVII Legislatura
Comentarios:
[email protected]