Las mujeres en política, hemos visto por muchos años cómo se van construyendo nuevas “formas” para no cumplir con conquistas logradas por muchas mujeres y hombres durante muchas décadas que han impedido alcanzar una participación plena de las mujeres en la política.
Una larga lucha permitió primero, el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, -ni siquiera teníamos el derecho a votar y mucho menos ser electas para un cargo de elección popular- como principio fundamental para continuar impulsando la representación femenina obligada en cargos de decisión, si partimos de la base de que no se puede considerar a un país democrático si las mujeres no estamos incluídas.
Poco a poco se fueron impulsando reformas en las leyes que permitieran no solo mayores oportunidades para las mujeres sino que protegieran los derechos de todas nosotras. A nivel mundial se empezó a incorporar las llamadas acciones afirmativas o cuotas al interior de los partidos políticos y en los Códigos tanto federal como estatales para que obligadamente dieran participación a mujeres -no olvidando que las acciones afirmativas son acciones temporales, entre tanto se logra que haya una verdadera equidad sin necesidad de señalarlo- así en el Código Federal Electoral se señala “Los partidos políticos promoverán y garantizarán, en los términos del presente ordenamiento, la igualdad de oportunidades y procurarán la paridad de género en la vida política del país, a través de postulaciones a cargos de elección popular en el Congreso de la Unión, tanto de mayoría relativa como de representación proporcional”. “De la totalidad de solicitudes de registro, tanto de las candidaturas a diputados como de senadores que presenten los partidos políticos o las coaliciones ante el Instituto Federal Electoral, deberán integrarse con al menos el cuarenta por ciento de candidatos propietarios de un mismo género, procurando llegar a la paridad”. “Las listas de representación proporcional se integraran en segmentos de cinco candidaturas. En cada uno de los segmentos de cada lista habrá dos candidaturas de género distinto, de manera alternada”, todo ello para que los partidos políticos cumplan con integrar a mujeres.
En la reciente reforma al Código Electoral poblano logramos la inclusión del primero de los apartados señalados, nuestra propuesta también era homologar los porcentajes señalados en el Código Federal, sin embargo en esto no pudimos alcanzar los votos mayoritarios en Comisión de Gobernación a pesar de la argumentación presentada por la Dip. Carolina Ofarrill y una servidora, de manera que en Puebla el porcentaje quedó igual “en ningún caso podrán postular a cargos de elección popular, un porcentaje mayor al setenta y cinco por ciento de candidatos propietarios de un mismo género, para integrar el Congreso del Estado y los Ayuntamientos de la entidad”
Muchos estudios han demostrado porqué la necesidad de incorporar a mujeres en cargos de decisión partamos del mas simple solamente por el hecho de la composición poblacional de la sociedad mexicana, en esta perspectiva a las mujeres nos correspondería una inclusión equitativa, aún no lograda.
La nueva legislatura federal que acaba de entrar en funciones se conforma por 141 diputadas y 359 diputados, 28,2 y 71.8% respectivamente; sin embargo a 72 horas de haber tomado protesta ocho mujeres han solicitado permiso por tiempo indefinido para dejar su cargo de representación popular con lo cual tiene que llamarse a sus suplentes que casualmente en todos los casos son “varones” a ocupar estas posiciones.
Esto sin duda es una burla a la decisión ciudadana, es una simulación en materia de equidad y nos demuestra que los partidos políticos no han asumido la participación de las mujeres como una realidad y lo ven como un “mal necesario” y las mujeres que se han prestado a esta simulaciones, que fueron utilizadas para cumplir la cuota de género a la que están obligados todos los partidos, demuestran con su actuar poco ético mínimas normas de respeto, decoro y dignidad; pero lamentablemente con ello fortalecen la simulación en materia de equidad política.
Por eso es inadmisible este tipo de acciones tramposas de los partidos políticos que atentan una vez más contra los derechos políticos y ciudadanos.
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