Diputada Rocío García Olmedo
7 de marzo de 2010

A cien años de haberse propuesto la instauración de un día de las Mujeres basada en la lucha que dieron las mujeres en esa época por sus derechos laborales y políticos, se determina que el 8 de marzo de cada año sirviera para realizar jornadas de estudio y reflexión sobre la condición de las mujeres, su avance y los desafíos.

Cien años después el tema de análisis para el año 2010 es "Igualdad de derechos, igualdad de oportunidades: progreso para todos y todas". Este año también se enmarca en el quince aniversario de la adopción de la Declaración  de Beijing y de los resultados de la Cuarta Conferencia Mundial sobre las mujeres.

Si bien con la rectoría de la ONU los países miembros han ido adoptando una serie de medidas abordadas principalmente en las legislaciones y en materia de educación para disminuir las desigualdades y las situaciones de discriminación que enfrentan las mujeres, en su análisis para este año la ONU señala que hay pocos avances en la reducción de las tasas de mortalidad materna. 536 mil mujeres y niñas mueren como resultado de complicaciones durante el embarazo, el parto o posterior al parto, complicaciones que son prevenibles y tratables.

Que la violencia contra las mujeres y las niñas es considerada ya, una pandemia internacional con un porcentaje de hasta un 70% que han experimentado violencia a lo largo de su vida. El acceso a los mercados laborales sigue siendo limitado para las mujeres.

Que continúan los desafíos para la participación plena e igualitaria de las mujeres en puestos de toma de decisiones, ya que hay una falta de compromiso de los partidos políticos y los líderes masculinos.

La limitada implicación por parte de hombres y niños restringe los avances hacia la igualdad de género en todas las áreas.

Estos desafíos se clarifican en nuestro estado de Puebla con los datos difundidos por INEGI con motivo de esta fecha: 7 de cada 10 poblanas sufren violencia, 81 mujeres muertas por causas relacionadas a la violencia. La cantidad de hogares jefaturados por mujeres se ha duplicado entre 1990 y 2005, representando un 23.6% de total de hogares. 4 de cada 10 mujeres se incorporan a actividades económicas en condiciones de desigualdad. Del total de la población femenina en el estado el 15.4% de más de quince años son analfabetas. La pobreza tiene rostro femenino.

Hoy también las mujeres enfrentamos uno de los mayores embates de exclusión y discriminación, ya no es suficiente adoptar leyes y políticas; tienen que ponerse en práctica mediante mecanismos de coordinación para hacerlo de forma más eficaz, tenemos que provocar erradicar cualquier acto que intente vulnerar los derechos fundamentales de las mujeres. Por ello es necesario hacer realidad el principio rector de que todos somos iguales ante la ley, conforme lo establece el artículo 4º de nuestra Constitución.

Todo lo anterior ha dado sustento al Manifiesto 8 de marzo de 2010 difundido en los principales medios de comunicación nacionales “Independencia, Libertad y Autonomía para decidir sobre nuestros cuerpos” que publicamos las mujeres unidas en el Pacto Nacional por la vida, la libertad y los derechos de las mujeres en el cual reflexionamos: “Nada nos ha sido concedido. El derecho a la educación, al trabajo, a la salud; el derecho al voto, el derecho a elegir tener hijos o no tenerlos, el derecho a una libre opción de la sexualidad. Todos y cada uno de estos derechos, han sido una conquista, producto de una larga lucha de las mujeres, de organizaciones feministas y del movimiento amplio de mujeres”.

Y en esta lucha como hace cien años las mujeres mexicanas exigimos al gobierno federal, a los gobiernos estatales y a los partidos políticos:

-Su compromiso con el carácter laico del Estado Mexicano.
-Garanticen el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos
-Impedir cualquier retroceso legislativo en los derechos de las mujeres a nivel nacional y en los demás estados de la República Mexicana.

Reiteramos una vez mas que las mujeres del siglo XXI defenderemos el ejercicio pleno de nuestros derechos y nuestra libertad de conciencia.

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