Diputada Rocío García Olmedo
4 de enero de 2010

Iniciamos la segunda década del siglo XXI.

2010 año cargado de significado histórico y simbólico. Año del Bicentenario y Centenario de la Independencia y la Revolución que merece sin duda reflexionar en torno a nuestra realidad actual, a partir del estudio de los sucesos ocurridos y trasladarlos como una oportunidad para reflexionar nuestro presente.

Uno de los principios históricos que justamente tiene una carga fundamental en la construcción de la nación, y representa el legado que permitió la más profunda reforma social en nuestro país, incluso convertida hoy en una necesidad política para los gobiernos, es el Estado Laico.

Defender este principio histórico, es defender el programa político liberal como garantía de libertad ya que “se fundamenta en la razón histórica y en la razón práctica” así lo señaló el propio Presidente Felipe Calderón en el Acuerdo que declaró al año 2009 como el Año de la Reforma Liberal.

Después de un proceso tortuoso y violento este principio sentó las bases para un gobierno soberano. La laicidad se erigió en el principio fundacional del Estado mexicano ya que permitió establecer en nuestras leyes los límites del Estado nacional, sus obligaciones y las libertades de sus ciudadanos, que harían de la nación una verdadera y auténtica República, soberana y equitativa, justa y democrática.

Y justamente como resultado de ese proceso histórico la laicidad representa las conquistas ciudadanas y libertarias que al mismo tiempo han garantizado el régimen constitucional, republicano y democrático que tenemos, y por ello es necesario retomar esta conquista histórica y trasladarla al presente como uno de los primeros elementos de reflexión histórica en el inicio de ésta década, ya que la laicidad supone la armonización de tres principios esenciales: 1) respeto a la libertad de conciencia y de su práctica individual y colectiva; 2) autonomía de lo político y de la sociedad civil frente a las normas religiosas y filosóficas particulares, y; 3) igualdad ante la ley y no discriminación directa o indirecta hacia las personas.

Y por ello buscando fortalecer los principios de organización jurídica y de forma de gobierno que el pueblo se da a sí mismo, garantizar la igualdad, los derechos y las libertades de los ciudadanos y con el fin de fortalecer el marco jurídico y lograr el pleno desenvolvimiento de una sociedad libre, y respetuosa de derecho, presenté una  Iniciativa de reforma al artículo 2º de la Constitución local, mediante la cual se haga explícito el carácter laico del Estado libre y soberano de Puebla.

En el año del Bicentenario y del Centenario esta Iniciativa de reforma constitucional, tiene como objetivo garantizar el carácter laico del Estado Poblano, y con ello hacer vigente el principio histórico que construyó a nuestra nación con el fin de que se respeten las garantías individuales y los derechos humanos plasmados en nuestra Carta Magna.

Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla