Diputado Pablo Fernández del Campo Espinosa
8 de diciembre 2010

El trabajo de un diputado probablemente es uno de los más criticados y vilipendiados; sin duda, muchas muchísimas veces  con razón.  En el ejercicio del poder se han cometido abusos, se actúa con prepotencia y se utiliza el fuero sin razón. En los debates hay poca discusión de fondo y si, en cambio, muchos adjetivos y muy pocos acuerdos.

Esa era mi percepción antes de ser diputado; yo he hecho mi máximo esfuerzo por borrar esa idea; para que ni mi persona ni la 57 Legislatura fuera vista con esos ojos.

Para mí, ha sido un honor llevar la representación de miles de ciudadanos de mi distrito y la confianza de otros muchos más que, depositaron su confianza en Pablo Fernández del Campo para ser su voz en el Congreso.

La única manera de corresponder a tal distinción era hacerme acompañar de la decisión de trascender, de cumplir, de gestionar, de escuchar y de responder con capacidad de acuerdos, con voluntad democrática y con sensibilidad social.

Para consolidar nuestra democracia, en donde no  todo se resume a depositar el voto, sino a los resultados de la función del gobierno y de los órganos de poder, tenemos que generar una cultura y una forma de vida de coparticipación ciudadana, de corresponsabilidad bien entendida, donde todos hacemos nuestra parte y todos somos depositarios de los logros y de los fracasos.

En mi paso por el Legislativo dí lo mejor de mÍ para responder con trabajo en comisiones, en el debate, en la tribuna, en la gestión ante las autoridades y en la interlocución política de manera frontal, pero con respeto y congruencia.

Mi paso por el Legislativo es producto de la voluntad ciudadana, pero también del soporte que le dio mi partido, el Revolucionario Institucional, que vivirá una nueva realidad en nuestro estado, pero que como en el país es capaz de ser un factor de gobernabilidad, de desarrollo y de convicción democrática. Gracias Juan Carlos por acompañarme en este evento.

Los logros están ahí, avanzamos consistentemente en modernizar nuestro marco de derecho en materia electoral, penal, de violencia intrafamiliar, de protección a grupos vulnerables y discapacitados, de controversias territoriales, de protección a los indígenas y, por supuesto, de leyes para cercar al crimen organizado y mantener un clima de seguridad superior a gran parte del territorio nacional.

Salí a las calles y a las colonias, gestioné obras y acciones, pero me quedé corto ante tantas necesidades de la gente, uno quisiera hacer más cosas, mejorar más leyes, ayudar a más gente; pero en la política hay ámbitos de responsabilidades y hay niveles de gobierno, uno sólo no lo puede todo, en política no hay quijotes, por más diputado, por más gobernador, por más presidente, uno no lo puede todo; se requiere la precisión de la maquinaria de un reloj y eso hoy no lo hemos logrado en México.

Los retos hacia el futuro entonces son mayores, viene una etapa en donde es preciso continuar en la idea de transformar la realidad social de Puebla, esa en donde cada ciudadano se convierte en un factor para contribuir a mejorar las condiciones de los que menos tienen.

Mi vocación de servir me pone el reto de continuar trabajando desde cualquier trinchera en la tarea de apoyar, promover y capacitar a quien se encuentra en condiciones de vulnerabilidad, buscando que la iniciativa privada, los distintos niveles de gobierno y fundaciones asistenciales se conviertan en facilitadores de una nueva realidad social para los que menos tienen.

Diputado del PRI y Presidente de la Comisión de Gobernación del Congreso del Estado