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Cultura de rendición de cuentas
Diputado Pablo Fernández del Campo Espinosa
3 de noviembre de 2010


Hemos ido construyendo en la materia pero no es todavía suficiente, la rendición de cuentas y los índices de corrupción en México aun se encuentran en niveles poco alentadores, para muestra hay que revisar el último reporte presentado por la organización no gubernamental Transparencia Internacional.

México obtuvo su peor calificación de los últimos 10 años en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), pues nuestro país fue calificado con 3.1, en una escala donde 10 es la máxima. En la lista de las 178 naciones estudiadas, México pasó del puesto 89, que obtuvo en 2009, al 98.

El IPC es realizado anualmente por la organización Transparencia Internacional y  da cuenta de que los mejores países en la materia la fueron Dinamarca, Nueva Zelanda y Singapur, que comparten el primer lugar con una puntuación de 9.3, mientras que el último lugar lo ocupa Somalia, con 1.1.
Más allá de que hayamos sido calificados con 3.1 puntos en una escala del cero al 10, lo preocupante es que México cayó 9 lugares de la última medición y 27 en los dos últimos años, la cual incluye la percepción que los ciudadanos tienen de sus autoridades, en general del servicio público e incluso de la iniciativa privada.

Es decir, en este año no sólo nos observado una caída pronunciada en la economía, el crecimiento desmedido de los indicadores de pobreza, sino que también en este rubro estamos hoy por debajo de las expectativa de la gente, acumulando así diversos factores de desesperanza y de deterioro de las instituciones del país.

Los especialistas en el tema señalan que la corrupción es consecuencia, precisamente de factores como la debilidad de las instituciones y de la carencia de una política de Estado para combatirla.

Otro de los factores es esta lucha fallida del gobierno federal para combatir el crimen organizado y el incremento de la percepción a nivel internacional, en el sentido de que en nuestro país prevalece un reino de impunidad que en mucho se debe a la corrupción y la inadecuada aplicación de la justicia.
Apenas vamos en un proceso que tiene obstáculos para lograr que las instituciones públicas, sobre todo, consoliden esta cultura de la rendición de cuentas efectiva, en gran medida porque todavía no se logra la homologación de las leyes federales con las locales.

Es por eso que necesitamos como sociedad asumir una actitud para construir, tanto por parte de la sociedad civil organizada como por la clase política, la cultura  de la transparencia en México, que contribuya al desarrollo democrático del país.

Se trata de que la información pública no sólo exponga al gobierno en una caja de cristal, lo cual ya es una ganancia, sino que además, esta información le sirva a la ciudadanía en su vida cotidiana para tener acceso a mejores condiciones de desarrollo y bienestar.

Que nuestras instituciones transparenten sus procesos, que ocupen las nuevas tecnologías y que existan mecanismos de vigilancia para combatir a la corrupción, castigando con penas más severas y sobre todo exhibiendo estas conductas para cambiar las percepciones. En el entendido de que quien caiga en estas prácticas será sancionado y castigado públicamente.

Todos, pero principalmente los gobiernos, tienen la responsabilidad de ir por más en este tema, porque de lo contrario seguiremos cayendo en los indicadores y lo peor, mantendremos el estatus de opacidad y de corrupción que nada abona a nuestra democracia.

*Diputado del PRI y Presidente de la Comisión de Gobernación del Congreso del Estado.
 

H. Congreso del Estado Libre y Soberano de Puebla
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