Una Ciudad del Conocimiento
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Diputado Pablo Fernández del Campo Espinosa 11 de agosto de 2011 En este año en el que se celebra el Bicentenario de nuestra independencia hemos podido observar la exaltación de los símbolos que nos dan identidad, la enorme difusión de los atractivos de México para darnos orgullo, así como los valores que nos dan pertenencia y raíz. Parece ser el tiempo de rescatar los que somos y proyectar lo que queremos ser, en función precisamente de nuestra historia, por lo que Puebla, me parece, tiene la oportunidad de consolidarse como la sede más importante del conocimiento y de la educación universitaria en el interior del país. Como en ninguna otra zona metropolitana de provincia, Puebla cuenta con instituciones de enorme calidad, públicas y privadas, que han permitido a nuestra ciudad, darle un sentido diferente y ser el referente de la educación, en el centro de una nación, que precisamente celebra unidad, pero también sus características propias regionales que nos recuerdan los muchos Méxicos que podemos disfrutar a lo largo y ancho de nuestro territorio. La angelópolis, entonces, está destinada a ser ese referente educativo que nos permite ser hoy una metrópoli que reúne a miles de personas que llegaron, estudiaron, se quedaron y hoy están incorporados a la vida productiva del estado y que quieren a Puebla, por –entre otras cosas- haber visto nacer a sus hijos en esta noble e histórica Ciudad. Es por eso que no podemos dejar de reconocer la influencia de las instituciones educativas, que en estos momentos están precisamente en sus procesos de admisión, su importancia social y su vinculación en la vida productiva de la entidad, al responder a la demanda de profesionistas de calidad. En el caso de la BUAP es de destacar pues no sólo ha sido una ejemplo de calidad académica, promoción cultural y liderazgo educativo, sino que además se ha caracterizado por la transparencia en proceso de admisiones, lo que permite que los jóvenes con mejores aptitudes tengan acceso a la educación pública, ahora no sólo en la ciudad de Puebla sino en la unidades regionales. Por otra parte, las universidades privadas, en su gran mayoría, han ido por más, no sólo validando su prestigio, sino involucrándose con su entorno social, aportando a las autoridades, asumiendo una actitud de mayor participación directa e indirecta. Puebla tiene una gran base y un potencial enorme para desarrollarse en los próximos años como una gran capital del conocimiento y de la educación superior, no podemos dejar de verlo y de aprovechar esta condición, orientando así las políticas públicas para darle rentabilidad a esta circunstancia. *Diputado del PRI y Presidente de la Comisión de Gobernación del Congreso del Estado |