Diputado Pablo Fernández del Campo Espinosa
15 de julio de 2010
Puebla, Pue

Quienes tenemos en la política no sólo nuestro modo de vida sino el sentido de lo que hacemos, sabemos que estamos expuestos a la adversidad como parte de nuestro ejercicio y que el triunfo es posible cuando más capaces somos de asimilar los descalabros.

Los resultados de la elección del cuatro de julio abren para el priísmo una nueva etapa en Puebla de recomposición, reagrupamiento y del surgimiento de nuevos liderazgos, necesario todo ello para enfrentar con vigor la batalla que se librará en el 2012 por la Presidencia de la República, donde estoy seguro el PRI volverá a Los Pinos.

El priísmo poblano no puede quedarse en el lamento o en la confrontación de grupos, sino que debe dar una vuelta a la página de manera inteligente con el acuerdo y el diálogo político como premisas, validando la preferencia de más de 800 mil votantes en todo el estado que siguen viendo en el PRI la opción de gobierno para el futuro.

La primera fuerza política del país es el PRI de eso no hay duda, pero tampoco la  hay de que la voluntad ciudadana es cambiante y que de una elección a otra puede variar su tendencia, por lo que se debe trabajar todos los días para ganar su confianza,  responder a sus expectativas y corresponder a sus demandas.

Si algo ha demostrado el PRI a nivel nacional desde el 2000, año en el que se perdió la Presidencia de la República, es que podemos transformarnos y convertirnos en una oposición responsable y combativa que siempre ve por el beneficio colectivo y ciudadano, pero que no cede ante negociaciones oscuras.

Eso, precisamente, nos ha dado viabilidad durante los últimos 10 años mismos que nos han fortalecido cuando muchos nos habían extendido el acta de defunción. Hoy, como lo dije líneas arriba estamos en posibilidades reales de recuperar la Presidencia de la República y es el gran reto que tenemos en puerta.

Por ello, cada uno en su trinchera, trabajando hasta el último día de nuestros encargos y respondiendo a la expectativa de la gente, podemos contribuir a recuperar, desde ahora, la confianza de los ciudadanos, que al final de cuentas es lo que más nos debe de importar, por encima de los intereses grupales y de partido.

*Diputado del PRI y Presidente de la Comisión de Gobernación del Gobierno del Estado