Los pendientes del gobierno federal
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Diputado Pablo Fernández del Campo Espinosa 9 de junio de 2010 A unas horas de que el mundial de futbol se convierta en el principal distractor de nuestras carencias y necesidades, la inseguridad que crece en el país, la falta de condiciones para el empleo y la incapacidad para alcanzar verdaderos acuerdos políticos nacionales se mantienen como los grandes pendientes de la gestión del Presidente Calderón. En contraparte, tenemos la certeza, como nos lo ha dicho el propio titular de Hacienda, Ernesto Cordero, que los aumentos a las gasolinas continuarán hasta fin de año, ahora el segundo sábado de cada mes, con el argumento de que es necesario para el desarrollo del país. Estamos frente a un escenario en el que ni por mucho se puede cantar victoria respecto de la crisis económica, porque los indicadores señalan un ligero crecimiento de la economía, en gran medida por el efecto positivo que ha generado la recuperación de otros países como los Estados Unidos. La realidad es que seguimos enfrentando un complicado escenario que ha sido sorteado por los gobiernos estatales y la siempre con la férrea capacidad de los mexicanos para salir adelante, aún en condiciones que lastiman a los ciudadanos. En este contexto, parece necesario que se atiendan diversos aspectos para reactivar la economía nacional: generar condiciones para atraer el capital extranjero, elevando los niveles de competitividad; aprovechar los excedentes petroleros y canalizarlos adecuadamente con reglas de operación claras hacia los estados; y evitar el subejercicio de los recursos públicos que limiten obras y proyectos de infraestructura. En el primer aspecto, resulta fundamental que nuestro país vuelva a ser capaz de ser atractivo para el inversionista, que pueda competir con otras naciones y se rompa el círculo vicioso del desempleo que se convirtió en el lastre principal en casi dos años de crisis mundial y que, como ya lo hemos señalado en este espacio, el gobierno federal fue incapaz de enfrentar correctamente. Por otra parte, los excedentes petroleros que son una fuente importante de recursos públicos debe ser canalizado adecuadamente a las entidades federativas, con el propósito de atender las necesidades más apremiantes de la población, sobre todo en el componente social, pero también con transparencia y sin fines electorales. Finalmente, el tema del subejercicio que ha caracterizado a esta administración federal y que, por una u otra razón, mantiene cautivos los presupuestos cuando hay infinitas necesidades en toda la geografía nacional que demandan a la inversión pública como un motor de desarrollo, porque la derrama económica en infraestructura normalmente se traduce en empleos y reactivación del comercio y los servicios. Si el Gobierno de la República no asume su responsabilidad para darle cauce al reclamo ciudadano, tendremos, otra vez, un año perdido. *Diputado del PRI y Presidente de la Comisión de Gobernación del Congreso del Estado |